Detalles de la ruta
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Descripción
La apertura de Barcelona con el plan Cerda dio pie en 1894 a una inmensa Avenida que se bautizó con el nombre de Marqués del Duero, pero con la republica paso a llamarse de Francesc Layret y con Franco volvió Marqués del Duero y la democracia con el Paral-lel por coincidir con el paralelo terrestre de latitud 41º22’34» norte.
El fin de la guerra civil marcó de forma definitiva en fin de una época en esta Avenida que ha intentado resurgir en innumerables ocasiones con más o menos éxito sin llegar nunca a ser lo que fue.
CRÓNICA
Después de su inauguración y poco a poco y de forma espontánea fue convirtiéndose en el centro de ocio de la ciudad y teatros, circos, bares, cabarets fueron llenando unos 300 metros de espacio de esta larga avenida.
La idiosincrasia de los Barceloneses de la aquella época y el aperturismo liberal de la Avenida dieron pie a una zona de ocio que muchos compararon con Broadway o Montmartre pero lo cierto es que nada que ver.
La situación política del país también marcó el carácter de la Avenida y muchos de sus bares pasaron a ser centros de debates políticos o reuniones y un buen ejemplo fue el Bar La Taquilidad en Avda.Paral.lel, 69.
El bar que en un principio fue inaugurado en el Paral-lel con Nou de les Rambla y posteriormente trasladado, contaba en su pared principal con un retrato de Ferrer i Guàrdia, una gran nevera, infinidad de mesas y sillas y un mostrador de color rojizo a conjunto con unas estanterías, todo ello presidido por un piano de bar que amenizaba en ocasiones las veladas.
El bar paso en 1928 por el sindicalista Leridano M.Cisteró que acabó marcando aún más la identidad del Bar.
Su fama los llevó a figurar en revistas, diarios o libros de afamados escritos como Pío Baroja y es que, en este bar, según parece se acordó el asesinato del “Noi del Sucre” o incluso de los propios hermanos Badía, políticos y responsables de la policía y clientes asiduos del Bar, amén de infinidad de atentados contra empresarios o sindicalistas de signo contrario.
Podías comprar una pistola como la Star, pequeña y fácil de ocular por 45 Pesetas de la época, sin duda todo un dineral, pero la podías ir pagando en cómodos plazos de Peseta, pero también podías ser propietario de una si eras agraciado en el sorteo que se hacía cada semana.