Biblioteca Almirall

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Detalles de la ruta

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Descripción

Este edificio situado en el Camí de Valvidriera al Tibidabo, 43,  fue una biblioteca que pasó a ser un edificio alquilado para eventos y que en su parte trasera (actualmente con piscina) se puede disfrutar de unas vistas espectaculares.

La viuda de Valentí Almirall  hizo construir en 1924 y en honor a su marido fallecido en 1904 una biblioteca capaz de albergar la obra del artista.

La fachada está presidida por la diosa griega Atenea y la decoración interior es tan sensacional como la exterior con una impresionante chimenea y  una inmensa variedad de detalles con símbolos masónicos como las cuatro virtudes y con las inscripciones, prudencia, temprantia, justitia y fortitude o bien dibujos como una balanza una lupa o una olivera.

Crónica

Valentí Almirall (1841-1904) fue un reconocido periodista, escritor, político (Partit Republicà Democràtic Federal a Catalunya) abogado, regidor de l’Ajuntament de Barcelona, miembro dels Jocs Florals, creador de diferentes bibliotecas y entre ellas la de Arús, también era poliglota, masón, uno de los padres del actual Catalanismo además de tener el título nobiliario de Barón del Papiol, aunque ni ejerció ni lo solía comentar y aún y así tenía tiempo para ir desde su despacho en Carrer de la Pincesa, 24 o del Ajuntament, a su casa situada en el Camí de Valvidriera al Tibidabo.

Los últimos años de su vida fueron un calvario de enfermedades que mermaron sus facultades y dada su inmensa fortuna se inició una verdadera pugna con su hermano pequeño, Joaquin, que lo llevaron a rehacer el testamento en más de seis ocasiones con las correspondientes impugnaciones pero finalmente optó por la única fórmula que imposibilitaba cualquier tipo de impugnación, casarse “in articulo mortis” con el amor y compañera de toda su vida la Malagueña Rosalía Palma, que era además el centro del conflicto por la herencia.

Aún y así Valentí vivió 6 años más y un tiempo después Rosalía, hizo construir este espectacular edificio, justo al lado de la casa y con la finalidad de ser biblioteca, aunque se supone que fue más almacén de libros que biblioteca pública.

Por cierto, la inmensa mayoría de los libros fueron quemados durante el franquismo en una muestra más del nivel cultural existente.