Detalles de la ruta
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Descripción
Hasta no hace tantos años la lógica social era que la mujer cuando se casa deja de trabajar y se tiene que dedicar al hogar “sus labores”, salvo raras excepciones.
Carmen García Pedrosa, nació en Barcelona el 1915, desde pequeña fue una niña aplicada en los estudios y posteriormente se marcó como objetivo culminar sus estudios en la Llotja, hecho que no pudo cumplirse por la situación económica y la guerra, por lo que con 14 años se puso a trabajar de encuadernadora, oficio actualmente casi perdido.
No obstante, descubrió el mundo de la fotografía y se compró una Baby Kodak que le cuesta la friolera en la época de 16 pesetas, además se apunta a un curso anunciado en la prensa y que se realiza el Carrer de Sant Pere mes Baix, 7 (actual escola de la dona) y sus primeras fotografías las hace en la Plaça Sant Jaume en diferentes actos políticos, pero en 1938 se casa y claro lo deja todo y pasa a ser “mestressa de casa”.
Como no dejaba de pensar en su frustrada afición, en 1953 y en contra de la voluntad de su marido, se apunta a un curso destinado en principio al revelado fotográfico organizado por la “Agrupación fotográfica de Cataluña” y su departamento de “la mujer”.
Pero allí conoce a los maestros de la fotografía en Catalunya de aquel momento, como Català Roca o Julio Ubiña y coincide con Josefina Escoda, Gloria de Villacecchia o Concepción Masana, entre otras que un par de años después crean la sección femenina de dicha Agrupación.
Su casa y su marido, solo le dejaban espacio para realizar fotografías desde el terrado de su domicilio, y de esta época se conservan fotografías de los terrados del gótico, impresionantes, llenas vida y cotidianidad.
Decide presentase a concursos fotográficos ante la frontal oposición de su marido, por lo que opta por firmar sus obras con su apellido, por aquello de calmar los ánimos y sale a la Calle con su cámara.
Su legado es magistral, desde fotografías de un Carrer Ferran repleto de gente o niños en patio del col-legi Pere Vila que muestran el día a día de los ciudadanos con una simpleza y naturalidad que solo ella sabía plasmar.
Carmen falleció en el 2015 con 100 años, eso sí fotógrafa por encima de todo y a pesar que como ella solía explicar al principio cuando salía de casa con su cámara le gritaban “veta a tu casa a lavar los platos”.