Detalles de la ruta
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Descripción
Podríamos afirmar que Ramón Vilana Perlas era uno de las personas más influyentes de Catalunya.
Natural de Oliana en 1663, pero bautizado en Barcelona hijo de Notario y militar, siguió los pasos de su padre doctorándose ya muy joven como Notario y a los 21 años pasó a formar parte de la Coronela (las tropas encargadas de defender la ciudad) ocupando un lugar destacado en el asedio de las tropas francesas en 1691 alcanzando el grado de Capitán, además también se licenció en derecho y fue nombrado “ciudadano honrado”.
Su oposición a los Borbones fue tajante y ello motivó que se alineara con la casa de Austria en la guerra de sucesión, prestando servicios a esta corona y muy especialmente a la Reina Isabel Cristina de la que fue su secretario y hombre de confianza.
Por todo ello cuando los Austria dejaron la ciudad, él y su familia se trasladaron con ellos, siguiendo ostentando cargos importantes en aquel país y al lado de estos Reyes.
Finalizada la guerra de sucesión falicitó la evacuación y refugio de las personas afines a esta corona, haciendo que disfrutasen de una mejor estancia en aquel país.
A su muerte en 1741, dejó su fortuna acumulada en el extranjero a su familia y muy especialmente a su esposa María Teresa Fàbregas con la que se casó cuando esta tenía 16 años y con la que tuvo 9 hijos, dejó también una importante cantidad de dinero para el hospital de los refugiados Catalanes en Austria y sus propiedades en Barcelona a la Iglesia y entre estas se encontraba el impresionante palacio del Carrer Regomir, 13
El solar había sido comprado por su padre en 1672, cuando Ramón tenía 9 años y se encontraba en pleno centro de la ciudad donde se construyó un inmenso palacio familiar que albergó tanto a sus padres como a sus hermanos y familias como la suya propia.
Su estructura y fachada es barroca, su inmenso portal está decorado con cantidad de detalles que hacen referencia a los apellidos y linaje familiar y en su interior esconde un generoso patio con caballerizas y escaleras que da acceso a las diferentes estancias del palacio, si bien a través del tiempo el edificio ha tenido diferentes utilidades, pero puede que la más conocida sea cuando hacia 1900 era una escuela de barrio y uno de sus profesores, el de dibujo, supo emocionar a un pequeño alumno que vivía no muy lejos de este colegio y que con los años se convirtió en un gran pintor firmando sus cuadros con el nombre de Joan Miró.
En el 2014 pasó a manos de un grupo inversor que, a la espera de permisos y toma de decisiones, dejó medio abandonado este edificio que forma parte de la historia de la ciudad.