Detalles de la ruta
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Descripción
Agustí Centellas puede que haya sido el mejor de los fotógrafos/periodistas de este país.
Una lástima que su obra quede empañada por las demandas interpuestas por sus hijos, por una Generalitat inoperativa y un Ministerio de España que aprovecha su posición de dominio para pagar a los hijos 700.00 € por la mayoría de los negativos (12000) frente a los 300.000 € que podía pagar el gobierno Catalán.
Un cúmulo de despropósitos que hace que ahora estos negativos estén en Salamanca, si bien siguen las promesas no cumplidas y los juicios pendientes.
Agustí Centellas i Ossó, nació en el barrio de Grao en Valencia, 1909, su padre natural de Liria era electricista y herrero y su madre era de Morera Tarragona.
Agustí siendo muy pequeño quedó huérfano de madre y junto con su padre se trasladaron a Barcelona a vivir, donde su padre se volvería a casar, Agustí siempre se sintió muy Barcelonés.
Agustí sufría de escrofulismo por lo que prácticamente no fue a la escuela. Empezó a trabajar en las oficinas de una empresa eléctrica a los 11 años pero a los dos años abandonó la empresa para dedicarse a la fotografía y al cine gracias a una cámara que le había regalado su padre y se inscribió en la Agrupación Fotográfica de Catalunya.
Trabajó en los estudios de Ramón de Baños, de Josep Badosa, en diario “El día gráfico” y publicó sus fotografías en las principales revistas y diarios del país.
Artistas, modelos, deportes y la ciudad eran sus principales fuentes de inspiración pero la guerra civil fue lo que realmente le cambió la vida, tanto a nivel personal como profesional plasmando desde la tristeza de una mujer a la que han matado a su marido en Lleida, como el beso de un miliciano a su novia en la Via Laietana, como la miseria de unos críos famélicos o el día a día de los campos de concentración de Argelès sur Mer y Bram, donde fue internado como miles de refugiados que huyeron del regimen Franquista.
Para salvar su vida ante la entrada e intervención de la Gestapo, Centelles consiguió entregar sus negativos en cajas de cartón a unos campesinos de Carcassonne para que las escondieran y guardasen.
En 1945 entró clandestinamente en Catalunya y se instaló en Reus y al año se presentó en una comisaría de Barcelona donde pasó a disposición judicial.
Se le prohibió dedicarse al fotoperiodismo por lo que a partir de esta fecha solo se dedicó a la fotografía publicitaria y la industrial, colaborando con empresas automovilísticas o de perfumería como Myrurjia.
Por su pasado republicano y masón fue condenado a 12 años de cárcel, si bien se le conmutó a prisión atenuada en su domicilio hasta 1956.
Agustí que falleció en 1985 en el hospital de la Esperanza siempre protestó por la falta de reconocimiento para con su obra.
Una vez finalizado el proceso de venta del archivo por parte de los hijos el Ajuntament decidió poner una placa en memoria del fotógrafo en la fachada del que fue su Laboratorio, bien, uno de sus laboratorios, ya que laboratorios tuvo en Consell de Cent, 216, Aribau 24 o temporalmente en casa de sus suegros en Via Laietana, 54 , entre muchos, además de los que utilizó en Francia.
Sin duda puede que una de las fotografias más famosas fuese la que realizó el 19 de Julio de 1936 a las 8,30 h. al guardia de asalto Mariano Vitini y su compañero.
Efectivamente en esta fecha se produjo un golpe sedicioso por parte de los acuartelamientos militares y muy especialmente los del Bruch y Sant Andreu que intentaron llegar al Ajuntament y Generalitat para hacerse con el poder.
La resistencia por parte de trabajadores y la guardía de asalto evitó que se produjera el alzamiento militar, no obstante el saldo final fueron más de 450 personas muertas y un millar de heridos, ademas de que la ciudadanía acabó apoderándose de gran cantidad de fusiles y ametralladoras.
La fotografía de centellas fue tomada en realidad después de los enfrentamientos, y en contra de lo que muchos creen no se produjo ni en el Ajuntament ni en el Carrer Ferran, fue en Calle Diputació, 284 casi con Roger de Lluria.
En la foto se aprecian los guardias apuntando (el primero era Mariano Vitini) sobre caballos militares abatidos.
A la foto se le aplicó el Photoshop de la época ya que en el momento de la instantánea ya había finalizado la revuelta y a golpe de tijera se eliminó a otro miliciano que aparecía disparando con pinta de Buster Keaton.