El Laberint

1 de
Previo Siguiente

Detalles de la ruta

  • Vistas: 743

Descripción

Si bien en muchos aspectos sufre un gran abandono no deja de impresionar a muchos barceloneses este parque del laberinto que ha servido desde hace muchos años como zona de recreo o para grabar innumerables películas o anuncios.
Muchas partes del “laberint” ya han desaparecido como la cabaña de la isla del amor, pero sigue sorprendiendo su opulencia y el atrevimiento de construir semejantes edificaciones y jardines en una zona que en la época estaba tan apartada de la ciudad y donde eran campos agrícolas y zona de pastoreo.
El marques d’Alfarràs, Joan Antoni Desvalls, científico, militar voluntario y político, hizo construir en 1791 esta construcción como segunda residencia estos terrenos que había heredado en la población de Horta.
Contrató al arquitecto italiano Domenico Bagutti, al maestro de obras Jaume Valls y al jardinero francés Joseph Delvalet y construyeron una gran obra de estilo neoclásico romanticista, con toques árabes (tan de moda a la época) y neogóticos, obras que duraron más allá de 1810, si bien conservaron la antigua casa Subirana de origen
medieval y que aún hoy podemos ver.
El conjunto que posteriormente sufrió infinidad de cambios incluye, un Jardín Neoclásico con una mirado y laberinto, pabellón de Carlos IV, bosque, canales que en algún caso había sido navegables, isla del amor, ruinas de un fuerte militar, estatuas neoclásicas, capillas y lápidas falsas con una cabaña donde había habido un muñeco
autómata vestido de monje con un libro en las manos, sentado en una mesa que era presidida por la cabeza de una calavera, también falsa, conjunto actualmente cerrado.
También está cerrada la “cabaña del payes” donde había un payes de cera también sentado en una mesa con una larga pipa en la mano.
El recinto ha sido visitado y utilizado como residencia temporal para diferentes reyes, como por ejemplo Carlos IV, Fernando VII o Alfonso XIII y se han celebrado obras teatrales, representaciones y conciertos privados.
En 1971 se abrió al público y posteriormente se abrió en su interior el instituto municipal de jardinería y fue considerado bien de interés cultural.