Detalles de la ruta
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Descripción
La revolución China de 1949 no era amiga de religiones y esto llevó al cura Peter Yang a emigrar a Madrid ya que Franco concedía becas de estudio a los extranjeros contrarios a regímenes comunistas, en medio de una España inmersa en el racionamiento.
Yang que quedó prendado de la ciudad condal en una visita que realizó con motivo del congreso eucarístico, decidió estando en la abadía de Montserrat con unos amigos poner en marcha en Barcelona un restaurante ya que su gran pasión era la cocina y especialmente la cocina China.
Su beca se agotaba y si bien gracias a ella había conseguido el título de medicina, optó por pedir 1.200.000 millones de pesetas a bancos y amigos y abrir en el Carrer Ciutat, 5 el “Gran Dragón”.
Se trataba de un local pequeño con 15 mesas y en las que cabían no más de 60 personas, años después confesaba que necesito 10 años para saldar todas las deudas.
Yang durante muchos años ejerció de cura en la catedral y de cocinero en su restaurante, pero cabe decir que al principio el Obispo no veía con buenos ojos esta actividad por lo que el día de la inauguración en 1958, invitó a todas las autoridades políticas y religiosas de la ciudad que acabaron viendo en aquel restaurante un instrumento de inserción laboral para los más desfavorecidos.
El restaurante tuvo una larga vida pero las normativas sanitarias del Ajuntament lo llevaron al cierre.
Yang falleció en el 2014 y dejo un gran legado en la ciudad, como introductor del tai chi zen ya que en 1979 fundó la escuela Rincón del Silencio y por difundir la cultura China tanto en un apartado cultural como gastronómico, nos dio a conocer los rollitos primavera y enseñó que también se podía comer con palillos.
Quien tenía que decir a los barceloneses de aquella época que se extrañaban de ver a un Chino y a un restaurante de aquel país, que muchos años después una gran mayoría de bares estarían regentados por compatriotas de Yang.