Detalles de la ruta
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Descripción
En el número 11 del Carrer de la Princesa se encontraba la entrañable tienda “El rey de la Magia” que su fundador, Joaquim Partagás fundó en el año1848, siendo una de las tiendas más longevas de la ciudad, si bien fue trasladada cuando esta ya había superado los 150 años al Carrer de les Jonqueras con una nueva configuración del negocio que incluía, museo, cursos de magia, teatro, actividades infantiles, matinales y un largo etc.
Su fundador que había nacido en el número 45 del Carrer de la Princesa, empezó a trabajar con 14 años en una tienda de pinturas de la desaparecida Plaça del Oli, pero a pesar de que a los 18 años escribe dos libros, unos sobre pinturas y otros sobre duces y golosinas, a los 20 decide embarcarse rumbo a Argentina en compañía de su hermano donde también empieza a trabajar en el negocio de las pinturas.
En Argentina conoce al mago Catalán Fructuoso Canonge, habitual de los teatros de aquel país y Joaquim queda embaucado con el mundo de la magia, investiga, se informa y aprende y pasados unos años vuelve a Barcelona, actúa en diversos teatros como por ejemplo en el Romea, escribe libros, visita media Europa bien actuando, bien aprendiendo, también en Paris descubre el mundo del cine y abre su tienda “El Rey de la Magia” primero en el número 5 de Princesa, luego en las Ramblas, posteriormente en Carrer de la Daguería y luego en Princesa 12 para acabar definitivamente en el 11.
La tienda es el referente de todos los magos del país y su inquietud lo lleva a editar verdaderas enciclopedias, libros y tratados del mundo de la magia.
Fallece en Barcelona en 1931 y el negocio pasa a manos del mago Carlston ya que ni su esposa Loreto ni sus hijos se hacen cargo del negocio; Carlston lo mantiene durante 53 años y ya en 1984 lo adquiere la compañía “La Caja Mágica” siendo trasladado años después al Carrer de les Jonqueres, pero sin duda pierde gran parte de su encanto.
La ciudad perdió aquellos aparadores en marquetería pintada de rojo que exponía artículos tan singulares como pollos de plástico, dedos de goma atravesados por clavos o cubitos de hielos simulados que contenían una mosca en su interior, pero que si podemos ver un “gigante” en las fiestas del barrio que hace homenaje a Joaquim, gigante hecho en unos famosos talleres de Terrassa y que copian la figura del artista y que además de lucir una gran número de condecoraciones en la mano lleva una chistera con un conejo, claro, como no podía ser de otra forma.