La agente literaria Carme Balcells fue la impulsora y protectora de diferentes escritores Latinoamericanos entre los que destacan Mario Vargas Llosa o Grabiel Garcia Márquez conocido entre sus amigos como “Gabo”.

Carme Ballcells consiguió vender “cien años de soledad” en todo el mundo mientras Gabo se instalaba con su familia en la ciudad, era el año 1967, también y como siempre hacía con todos, se encargó de buscarles vivienda, colegio para los hijos, Hospitales y cualquier servicio que necesitasen,  por este motivo era conocida en los círculos literarios como “la gran mama”.

Gabo que había llegado a Barcelona prácticamente sin dinero fijo su residencia cerca del despacho de Carme y a pocos metros de la calle Osi, 50 que era donde vivía Mario Vargas Llosa, se trataba de un amplio piso de 160 m2 en el Carrer Caponata, 6.

Poco a poco Gabo fue incrementando su patrimonio, gracias a las ventas que hacía Carmen al punto que contrato al afamado arquitecto Alfonso Milá para remodelar su vivienda, cambió a sus hijos a una escuela británica y disfrutaba de preferencia en los mejores restaurantes y hospitales, Gabo también aprovecho su estancia en Barcelona para dejar sus 40 cigarrillos diarios.

No era precisamente rápido escribiendo y encontrar la frase apropiada le podía llevar días, días que se pasaba sentado en la ventana de su casa buscando la palabra, el verbo, el nombre…. los vecinos estaban acostumbrados a verlo meditar y el hacía referencias a ellos en sus libros como es el caso de un vecino que vivía frente a su edifico y del que hace mención en “El otoño del patriarca”.

Pero Gabo también sabía divertirse por lo que era muy conocido en locales como “Los Caracoles”, la tortillería “Flas Flas”, los Tarantos o Jazz Colon, también frecuentaba con su amigo Vargas Llosa “El restaurante Vell de Sarria” cercano a su domicilio o Boccaccio que era el local de moda en aquel momento, siempre acompañados de sus amistades entre las que se encontraba Rosa Regás y Beatriz de Moura o los hermanos Goytisolo.

Gabo abandono Sarria y se trasladó al Passeig de Grácia muy cerca de la Pedrera pero al poco tiempo y ya en el año 1975 marchó a México junto a su amigo Vargas Llosa, aunque siguió visitando la ciudad con cierta frecuencia.

En México y al año de su llegada tubo una fuerte discusión con Vargas Llosa que acabó a puñetazos y con la amistad para siempre.