Detalles de la ruta
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Descripción
Refugiándose de hacienda murió en Suiza el 9/5 /1991 el hombre que durante muchos años fue el más poderoso de Barcelona.
Julio Muñoz Ramonet nació en el año 1912, su madre era propietaria de los almacenes el Barato y su padre emigrante Granadino que trabajaba en estos almacenes.
Tanto Julio como su hermano Álvaro eran consumados franquistas que al acabar la guerra colaboraron con el régimen delatando a Republicanos y esto les facilito tanto contactos como inmunidad para hacer y deshacer.
En poco tiempo se convirtió en el principal algodonero del país y esta circunstancia como su boda con Carmen Villalonga hija de banquero le facilitó el hacerse propietario de Almacenes el Águila, el Hotel Ritz, compañías Aseguradoras, Bancos y diferentes empresas textiles y constructoras.
Llegó a tener un gran pleito con su suegro por la propiedad del Palau Robert, pleito que acabó ganando su suegro.
Déspota, orgulloso y prepotente, tenía una gran debilidad por el lujo y la ostentación y eran famosas sus grandes celebraciones y fiestas donde la comida se servía en platos y cubiertos de oro, también se le relacionó con Carmen Broto, prostituta asesinada en el barrio de Gracia.
Pero a su muerte se produjo un hecho curioso que los hijos intentaron esconder durante años si bien fueron delatados por el secretario de Muñoz en Suiza y es que la herencia señalaba al Ayuntamiento de Barcelona como herederos de su mansión en la Calle Muntaner así como de las obras de arte que se encontraban en su interior.
Cuadros de Goya, Botticelli, Fortuny, Renoir o Delacroix entre muchos se sabe que formaban parte de la colección ya que se supone que los hijos se apresuraron en llevarse lo que pudieron.
Los hijos interpusieron diferentes demandas contra la herencia que han ido alargando el proceso para que el Ayuntamiento de Barcelona se haga con la propiedad y pueda poner en marcha la fundación que crearon para hacerse cargo de las obras.
No obstante y a pesar de todo los hijos a través de la empresa Gaud, S.L. de la que son accionistas llegaron acuerdos con el consistorio como es el caso de Can Batlló