Detalles de la ruta
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Ubicación: Carrer Bailen, 56
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Descripción
Francesc Ferrer i Guardia nacido en Alella en 1859 en el seno de una familia payesa, acomodada y de raíces extremadamente Católicas marcho a Barcelona en 1873 donde trabajo en La Farinera del Clot lugar donde se inicio en política libertaria y profundizo en estudios de psicología y pedagogía entre otros si bien fue un autodidacta en otras disciplinas.
Su vinculación a grupos políticos y a diferentes revueltas lo llevaron al exilio en Francia ya que en aquella época trabajaba como revisor en ferrocarriles que unían España con este país.
Desde París siguió vinculado activamente a diferentes grupos políticos de España compartiendo esta actividad con la docencia.
En 1901 heredó una inmensa fortuna de Ernestine Mennier una anciana Parisina a la que le daba clases de Español desde 1894.
Una parte de este dinero lo invirtió en Bolsa y permitió financiar acciones armadas como el atentado frustrado que llevo a cabo Mateo Morral contra Alfonso XIII en 1906 en Madrid, pero gran parte de la herencia lo destino a la creación de la Escuela Moderna.
Se trataba de una escuela de carácter gratuito, laica y basada en la enseñanza de la libertad del individuo y la armonía con la colectividad en un régimen de paz, amor y bienestar sin distinciones entre niños y niñas.
Ni que decir el revuelo que significo este tipo de enseñanza en el seno de una sociedad profundamente clerical y el rechazo manifiesto de las clases pudientes de la sociedad Barcelonesa.
La escuela contó con una gran aceptación internacional y la difusión de sus propuestas rápidamente fueron copias en otras ciudades del estado como en Valencia o Madrid y en extranjero en Estados Unidos o Francia donde la figura de Francesc Ferrer sigue hoy muy viva.
No obstante la escuela sufrió cierres intermitentes por parte de las autoridades incapaces de plantar cara en muchas ocasiones a la presión de algunos grupos contrarios.
En 1909 Francesc Ferrer y Sala fue fusilado en el Castillo de Montjuic acusado por un tribunal militar de participar en las revueltas de la Semana Trágica de Barcelona si bien durante los hechos él se encontraba en Montgat.
Se dice que delante del pelotón de fusilamiento solicito que le quitaran la venda de los ojos y que su último grito fue “Viva La Escuela Moderna”