La familia Casas metida a constructores

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Detalles de la ruta

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Descripción

Júlia Peraire tenía 18 años cuando vendía lotería a las puertas del Salón Doré que unos años mas tarde pasaría a ser teatro Barcelona y fue allí donde casualmente conoció al pintor Ramón Casas.

Júlia pertenecía a una familia humilde de Sant Martí de Provençals, Casas que en aquel momento tenía 40 años pertenecía a una familia rica de Barcelona, su padre había sido un “afortunado” indiano y su madre Elisa Carbó venía de una familia aristócrata.

Ni que decir que Casas quedó prendado de Júlia a pesar de la diferencia de edad y no dudo en contratarla como modelo (aparece repetidamente en la colección de cuadros del Liceu) iniciando también un lago romance que acabó en boda a la muerte de su madre Elisa en 1912 y es que esta relación nunca contó con el consentimiento de la familia de Casas.

Por este motivo Ramón y sus hermanas heredaron entre muchas propiedades, unos terrenos en el actual Passatje de Santa Eulàlia terrenos que se habían adquirido 1902, si bien ante el distanciamiento exitente en la familia por la relación de Ramón, este prefirió ceder la tutela de los mismos a sus hermanas.

Pasados unos años y en 1928 Santiago Codina hijo de su hermana  Elisa decide iniciar la construcción de viviendas de alquiler asequible para trabajadores,  se trata de casas con garaje, pequeño jardín y patio trasero en proyecto que ocuparía varias fases de la mano del arquitecto José María Ros.

La construcción finaliza en 1931 y cuatro meses después fallecería el genial pintor.

Al fallecimiento de Santiago en 1948 los herederos proceden a vender el resto de terrenos donde se acabaran construyendo edificios, dejando las casitas como una isla en medio de bloques de hormigón.

El Ajuntament siempre ha mostrado actitudes contradictorias con esta isla de casas ya que en 1947 edita un reglamento que protege las casas frente a construcciones elevadas para posteriormente en 1976 decide que las quiere derribar para hacer edificios o por ejemplo que nunca ha querido asfaltar el pasaje.

Ni que decir que los vecinos siempre han defendido sus casas para lo que crearon una Associació que defiende sus viviendas y solicita la nulidad de la afectación de derribo.