La organización Memoria de les Corts dispone de una información muy detallada sobre el edificio que en 1939 Franco convirtió en prisión para mujeres.
Se trataba de una edificación que había sido construida sobre la antigua masía de Can Duran situada en el camino de les Corts, con una capilla y rodeada de grandes cipreses y que se destinó a asilo.
Durante la república se transformó en correccional y después de la guerra civil en prisión de mujeres republicanas.
La prisión estaba custodiadas por órdenes religiosas femeninas como las Mercedarias o las Hijas de la Caridad (años después premio Príncipe de Asturias) y las situaciones que allí se vivieron fueron del todo dramáticas e inhumanas para aquellas mujeres cuyo gran delito había sido estar al lado de la democracia.
El hambre las enfermedades la suciedad, chinches, piojos y la masificación ya que llegaron a ser 5000 reclusas en unas instalaciones que en un principio habían sido pensadas para albergar un máximo de 300 personas, fueron la tónica en todo los años que duró la institución.
Pero lo peor fueron las ejecuciones que allí se perpetraron bajo la aplicación de la ley de fugas después de sacar a las víctimas a pasear o el robo de hijos de las reclusas para entregarlos a familias afines al régimen.
Y es que también estaban allí los hijos con sus madres presas, situación que aún hacía más dramática la estancia de estas mujeres ya que además tenían que velar por la supervivencia de estos.
Un inmenso horror que queda reflejado en diferentes testimonios como el de Juta Mir, que cuando fueron a detenerla, su hijo se puso a llorar y ella le dijo «Lenin, ven hijo mío», los policías le dijeron ¿Cómo dice? ¿ Que su hijo se llama Lenin? y acto seguido cogieron al niño por las piernas y lo estrellaron de cabeza contra la pared.
A finales de 1955 cerró la prisión poniendo fin a uno de los episodios más dramáticos de la historia de la ciudad años después en su lugar se levanto un importante centro comercial que posee diferentes edificios en la ciudad y el todo el país.