La torre del Baró dio nombre al barrio

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Detalles de la ruta

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Descripción

No es lo mismo Torre Baro que la torre del Baró y esto es algo que siempre repite el gran estudioso de la historia del barrio Ricard Fernández.

La baronía de Pinós era la propietaria de la finca que alcanzaba los lindes de Montcada y Reixac a donde más o menos esta la actual estación y en este punto construyó un magnífico edificio, pero el Baró que con su torre dio nombre a toda la zona, apoyó durante la guerra de sucesión al Archiduque Carlos y evidentemente al finalizar la contienda sufrió la venganza del rey Borbón y el edificio fue destruido, pero en 1797 se volvió a levantar una segunda torre.

Ya en 1873 el conjunto fue vendido al Marqués de Vallbona que desarrolló frente a la torre una inmensa huerta que acabó adoptando el nombre de Vallbona.

La finca fue repartida a la muerte del Marqués entre sus cuatro hijas y la torre la heredó su único hijo, que solía pasar largas temporadas en verano en la torre.

Por la puerta de la torre pasaba la carretera de Ribes y justo frente a la torre el gobierno instaló un portazgo.

El portazgo debía cumplir la función de peaje a todos los que pasaran por la dicha carretera, pero como en aquel momento en el seno de la sociedad prevalecía la “rauxa” sobre el “seny” y la realidad es que allí no pagaba nadie y los vigilantes se llevaban constantes palizas por lo que el portazgo fue retirado.

El conjunto a pesar de tener todos los títulos y protecciones arquitectónicas habidas y por haber, fue derruido sin escrúpulos para la construcción de la actual autopista y probablemente nadie guardó ninguno de los vestigios.

Otra cosa es la actual Torre Baró que se puede ver desde diferentes puntos de la ciudad y que se trata de un edificio inacabado con unas vistas esplendidas sobre la ciudad.

El lugar que en la guerra civil fue punto de control especialmente sobre los ataques de la aviación franquista, durante años albergó la creencia de que se trataba de una construcción que un rico millonario realizaba para trasladar a su hijo que sufría tuberculosis, pero que antes de finalizarlo el hijo falleció.

Lo cierto es que se trata de otro proyecto fantasmagórico al estilo del Parc Guell, que pretendía acoger una zona residencial de torres de la ciudad y que evidentemente fue un gran fiasco que acabó con la construcción a medio hacer de este edificio que tenía que ser el hotel y con una inmensa urbanización de barracas de auto construcción que a través de los años han intentado dignificar sus propietarios.