Detalles de la ruta
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Descripción
El convento situado en el Carrer de la Penedidas sufrió un grave revés en 1653 como consecuencia de la epidemia de peste y tuvo que ser clausurado.
En él se recogía a todas aquellas mujeres arrepentidas de la mala vida o bien algunas que también ingresaban haciéndose pasar por una mujer descarriada con la única finalidad de tener un plato caliente y llevar una vida de recogimiento o otras mujeres que simplemente sus maridos consideraban que se habían apartado del “buen camino” y las obligaban a ingresar una temporada como castigo aunque muchas finalizado dicho castigo preferirían seguir ingresadas que volver a sus casas con sus maridos.
El Consell de Cent ante la necesidad de seguir teniendo un centro de acogida para estas mujeres inició las obras de un nuevo convento en 1671 que finalizaron en 1677, aunque mucho antes de finalizar las obras el convento ya se encontraba completo lo que obligó a continuas ampliaciones.
Para la construcción del nuevo convento se opto por cortar la Calle Picalquers, y construirse frente al lateral del actual hospital de Sant Pau y junto al convento de las Carmelitas calzadas (no descalzas) y en lo que hoy sería el edificio del CSIC.
El convento siguió las directrices penitentes de la religiosa y Santa María Egipciaca y por este motivo la Calle con el tiempo paso a llamarse de las Egipciacas aunque en realidad la gente lo conocía como el monasterio de las doncellas.
La calle esta llena de simbolos religiosos y cabe destacar una cara esculpida en piedra de la que se desconoce el motivo de su existencia.
La exclaustración de 1835 llevó a la expulsión del edificio de las monjas y en 1837 fue derruido.
Finalizada la exclaustración en 1845, se les cedió el antiguo colegio de Sant Vicente i Sant Ramón donde pudieron refugiarse y se les volvió a subvencionar no obstante el mal estado del edifico hizo que se trasladasen en 1863 al barrio de Gràcia mientras se construía de forma definitiva el nuevo edificio del Carrer Aragó, 121, donde ahora esta la Escola Els Llorers.
La función social que hicieron la Egipcianas fue importante, especialmente con las prostitutas que las recogían les daban alimento y les pagaban un suelo mientras estaban en el convento.
En las procesiones que realizaban por toda la ciudad esta congregación, el día de Corpus al paso del cortejo por algunas de las casas de citas la procesión se arrimaba a las paredes de la calle para que las prostitutas que lo deseasen se unieran a la procesión y de ese modo ingresar en las Egipciacas apartándose la profesión ya que de este modo no podían intervenir los chulos que las controlaban.