Detalles de la ruta
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Descripción
Myrurgia fue una de esas empresas Barcelonesas con un plus añadido de sofisticación en toda su historia.
El 90% de las empresas no llega a la tercera generación y en muchos casos el motivo es que los descendientes no quieren seguir los pasos de sus predecesores.
Esteve Monegal i Prat nacido en 1888 en el seno de una familia industrial se decantó rápidamente por el mundo del arte y cursa estudios en la Escuela de Arte Galí de la capital catalana ampliando estudios en París.
Profesor en la Escuela Superior de Bellas Artes de Barcelona, en 1917 abandona la enseñanza para dirigir la empresa de perfumería.
Al incorporarse a la empresa Esteve no duda en conjugar con sabiduría el arte y la industria en todos los campos, productos, diseño y marketing.
El nombre de Myrurgia procede de las palabras griegas, Myron (bálsamo aromático) y Ergon (el lugar donde algo se crea).
Sus productos saben adaptarse a las corrientes de moda en todo momento, el diseño de sus envases son muy estudiados convirtiéndose en muchos casos en pequeñas obras de arte y se contrata para su promoción primeras figuras del mundo del arte como es el caso de Carmen Tórtola que escenifica vestida de forma Goyesca a una bailarina para promocionar la línea de productos Maja, otros nombres de productos igualmente transgresores fueron Maderas de Oriente, Promesa, Embrujo y Orgía, entre muchos.
Podría parecer que Myrurgia se vio favorecida, como si pasó con muchas empresas de diferentes sectores por los elevados aranceles para importación durante el franquismo, pero lo cierto es que Myrurgia ya era una empresa de dimensión y fama internacional en 1919 por la calidad de sus productos.
Ya muchos años después también fabricó productos para otras marcas y grandes modistos y actualmente pertenece a la firma Puig que compró la empresa cuando mejor iba.
No podía ser una excepción su gran edificio, enclavado en el corazón de la Sagrada Familia y construido en 1927 por Antonio Puig i Giralt que realizó una magnífica obra de estío racionalista que recibió en 1929 el primer Premio de arquitectura del Concurso de Edificios industriales y comerciales.
Cabe destacar el escultórico friso de la fachada principal y los accesos, salones, cocina y comedor diseñados para facilitar la vida de sus trabajadores.
A partir del año 2000 se inicio una larga reivindicación por parte de los vecinos y diferentes asociaciones para que el edificio pasara a formar parte de los equipamientos del barrio y según parece el Ayuntamiento prometió una zona deportiva que incluía una residencia para deportistas pero todo acabó con un gimnasio y un inmenso Hotel por lo que se le han impuesto diferentes denuncias ante el juzgado al consistorio Barcelones.
Sin duda muchos vecinos tienen gratos recuerdos de esta fábrica ya que muchos de ellos eran trabajadores de la misma pero también guardan recuerdos desagradables como el acontecido en 1964 cuando la fábrica sufrió un gran incendio que obligo al desalojo de muchos edificios cercanos y que mantuvo el barrio perfumado durante semanas de Maderas de Oriente.