Nervión

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Detalles de la ruta

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Descripción

Si salir del parking ya resulta toda una odisea, observar este edificio rodeado de construcciones antiguas y en algunos casos góticas, resulta poco menos que incomprensible y no es de extrañar que el gran historiador Permanyer lo describiera en su libro “la Barcelona Lletja” (fea).

Y es que no tiene desperdicio, se trata de un edificio de oficinas en cristal y metal con formas curvas y proyectado por el arquitecto Francisco Herrero en 1981, que lo bautizó con el nombre de “edifico Nervión”, ¿valla Vd. a saber por qué?

Lo peor es que este edificio vino a sustituir otro edificio genial, obra del arquitecto Francesc Guàrdia, yerno, discípulo y colaborador del gran Lluis Domènech i Montaner y que unos años antes había colaborado con él en la construcción del Palau de la Música.

En realidad, Guàrdia casi proyectó conjuntamente este edificio ahora desaparecido con otro en Vía Laeitena, 8, que ocupó Tabacalera y posteriormente Hacienda.

También es cierto que un principio existió una gran tirantez entre los propietarios del edificio y el Ayuntamiento y es que la apertura de la nueva gran avenida que Carreras Candis, bautizó con Vía Laietana, propicio la aparición de nuevos solares y en ese caso La Papera Española con su presidente Nicolás de Urgoiti al frente había decido instalar una sede importante en Barcelona y que mejor sitio que cerca del Ajuntament y frente a una plaza, pero el Ajuntament aplazaba indefinidamente el sorteo y adjudicación y mientras Urgoiti se desesperaba e insistía, pero por fin y en 1918 se hizo con los solares y mientras no se hacía el edificio procedió a vallarlo.

Rápidamente se convirtió en un gran nido de ratas y suciedad ya que la gente no paraba de tirar basuras a su interior y pasaban los años y no llegaban las soluciones, por fin el Ajuntamente requirió a la propiedad con urgencia y en 1922 se iniciaron las obras, obras que no defraudaron a nadie.

El edificio presidido en la azotea por una inmensa cúpula dejaba ver en su fachada preciosas columnas con capiteles neoclásicos y pequeñas esculturas, ventanales y porticones de formas sinuosas y en su puerta de entrada por Argentería una referencia al teatro (como capricho del arquitecto) con las clásicas mascara que hacen referencia a este género y dos esculturas contrapuestas y reclinadas.

Con Primo de Ribera, Urgoiti presentó la dimisión del cargo y ya con la República fue deshaciéndose de gran parte de su patrimonio, el edificio fue rápidamente “secuestrado” por las tropas franquistas que lo acabaron convirtiendo en parte del sindicato vertical, en fiscalía, en sede de la Unión de Explosivos Aitena o más recientemente en oficinas de una compañía aérea y sus bajos en una inmensa tienda “droguería”.

Lo cierto es que en 1977 el edificio fue derruido sin más para construir el esperpéntico “Nervión”