Palau dels Comptes de Figols

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Detalles de la ruta

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Descripción

En la Via Augusta esquina Vallmajor, encontraremos una impresionante y pulida masia transformada en edificio de oficinas junto al Departament d’ensenyament de la Generalitat de Catalunya y la segunda planta está presidida por un gran escudo heráldico de los Comptes de Figols.

Efectivamente, en estos terrenos se encontraba un gran palacete construido en 1914 por el arquitecto Enric Sagnier por encargo del Conde.

José Enrique de Olano nacido en Liberpool en 1858 hijo de un importante empresario vasco, estudió Ingeniería de Minas y en 1893 compra las minas de carbón de Cercs.

Olano desarrolla un modelo industrial copiado de las grandes colonias textiles.

El problema era la contratación de trabajadores que en su mayoría pastores y agricultores venidos a menos y no estaban acostumbrados al rigor de una empresa, les construyó una “colonia” tanto para evitar la dispersión, como para tenerlos más ligados a la empresa, como para recuperar el dinero pagado semanalmente, se hicieron pequeños pisos, una iglesia, colmado y escuela; se podía nacer y morir en una de estas colonias sin apenas haber salido de la misma.

Olano se hizo una inmensa mansión, pero cercana a la población de Cercs, para pasar temporadas con su familia, mansión en forma de castillo y que actualmente forma parte del patrimonio histórico.

El rey Alfonso XIII, visitó la mina y la colonia y pasó unos días en la torre, a su vuelta a Madrid, concedió el título de Conde de Figols a Olano, y la torre pasó a denominarse «la casa del Conde Figols» pero siempre fue conocida como la torre del amo.

El Conde evidentemente hizo una gran fortuna y amplio sus minas de carbón en propiedad en otras poblaciones cercanas.

El Palau y sus terrenos de la Vía Agusta pasaron en 1930 a ser l’escola Virtèlia, escuela que a pesar de pasar gran parte de su historia en pleno franquismo consiguió impartir alguna de sus clases en catalán, y la cual era frecuentada por hijos de la clase alta Barcelonesa entre los que se encontraban Xavier Rubert de Ventos, Jordi Pujol, Ricard Bofill, Miquel Roca, Joan Vila Grau o Pasqual Maragall.

En 1968 el palacete fue comprado por IBM que no dudó en derruirlo y construir un edificio institucional de la mano del arquitecto José Antonio Coderch que por discrepancias con la dirección se negó a firmar parte del proyecto.

La entrada del edificio estaba presidida por un inmenso mural obra de Joan Miró.

En 1994 el edificio pasa a manos de la Generalitat y el mural es trasladado al museo nacional d’art de Catalunya y de todo aquel recito lleno de historia solo nos queda la masía dels masovers