Plaça Antonio López

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Detalles de la ruta

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Descripción

Antonio López y López, conocido como el «negro Domingo» nació el 13 de abril de 1817 en Comillas (Santander). Huérfano de padre y madre pescadera que difícilmente podía mantener a sus tres hijos por lo que con nueve años marcha a trabajar con unos familiares a Cádiz. A los 14 años marcha a Cuba donde se establece y empieza a  forjar su fama de Indiano. Se casa con una rica cubana de origen catalán, en lo que se considera en la época “un bragetazo”.

Su suegro poco a poco fue trasladándole sus negocios y financiado proyectos para acabar haciéndolo su heredero lo que provoca la ira de su cuñado que acaba declarando como Antonio López pasa a ser en unos pocos años de pobre de solemnidad a una de las personas más ricas de España y propietario Compañía Trasatlántica, Banco Hispano-Colonial, Compañía General de Tabacos de Filipinas, entre muchas y todo ello sin apenas saber leer ni escribir.

No obstante Antonio López ya había amasado una importante cantidad de dinero antes.

Los Indianos en muchas ocasiones no eran más que traficantes de esclavos que amasaban grandes fortunas partiendo del sufrimiento humano.

Barcelona, Sitges o muchas poblaciones del país fueron punto de partida de estos traficantes y que posteriormente a su regreso pretendían comprar el beneplácito de sus conciudadanos con grandes obras arquitectónicas, lujo y glamour.

En este caso podría tratarse una difamación o simple envidia, pero muchos datos apunta a una posible realidad.

Dos estatuas se dedicaron a este personaje una en su ciudad natal y otra en Barcelona.

La primera fue destruida durante la guerra civil, aunque posteriormente se levantó otra diferente y según parece esta primera estatua estaba rodeada de pequeñas estatuas que eran niños esclavos.

La de Barcelona realizada un año después de su muerte y hecha en estructura de hierro procedente de barcos desguazados de su flota, pasó a ser probablemente en una de las pocas estatuas del mundo dedicada a un traficante de esclavos, si bien durante la guerra fue derruida y aunque posteriormente se volvió a levantar ahora en piedra pero conservando las inscripciones originales de Mossèn Jacint Verdaguer que había trabajado para él y del telegrama que envió el Rey Alfonso XIII cuando supo su muerte.

En su lugar y antes de la remodelación de la Via Laietana se encontraba la hermosa plaza de Sant Sebastiá con unos preciosos arcos llamados dels Encants, la alcaldesa Ada Colau hizo retirar la estatua en 2018 aunque dejó el pedestal.