La configuración del nuevo estado Liberal, implicaba más centralismo del que ya se había impuesto desde la entrada de la corona Francesa y los Borbones en 1714.

Sin duda el carácter del pueblo distaba mucho de lo que hoy en día se estila y esto comportó en toda Catalunya y en Barcelona entre 1835 y 1843 un largo periodo de revueltas conocidas con el nombre de las “bullanges”

Como no podía ser de otra forma el gobierno central el día 27 de Julio de 1835 envió al glorioso general Llauder a sofocar la rebelión.Pero,  en pocos día el hombre vio que aquello le superaba.

Un suplicio estar oyendo desde su casa día y noche un gentío gritando, matemos a Llauder, si sales te mataremos…

Asustado y traspuesto abandonó como pudo la ciudad y se refugió en Mataró donde tampoco le fueron mejor las cosas y desde allí inició una peregrinación por diferentes puntos de Catalunya.

Para poder “acabar” la misión que se le había encomendado, este designó al valiente general Bassa.

El pueblo corrió a escuchar sus palabras a la plaza Sant Jaume, pensando que este General vendría con la intención de negociar sobre el conflicto.

No obstante, el valiente General Bassa no tuvo otra ocurrencia que salir al balcón del ayuntamiento y decir,” o Barcelona o yo….” y bien allí subieron los Barceloneses, se lo llevaron  hasta el Fossar de les Moreres, lo tiraron por la ventana del voladizo que podemos ver en la fotografía, le pegaron dos tiros y se lo llevaron arrastras con una cuerda por la Calle Ancha, Regomí, Sant Jaume, Conde del Asalto, Sant Ramon y Ramblas.