En el majestuoso Passeig de Sant Joan se encuentra la parroquia de Sant Francesc de Sales.
Sin duda se trata de una de las mejores construcciones religiosas de la ciudad y hay quien la sitúa por detrás de Santa María del Mar por su belleza.
En el aspecto arquitectónico se trata de un edificio híbrido que canaliza diferentes estilos, desde el gótico al mudéjar pasando por el neoclásico y el modernista, tanto es su interior como en su exterior.
En 1874 se estableció en el barrio de Gracia una fundación de monjas pertenecientes a la orden de San Francisco de Sales, motivo por el cual se les denominó Salesianas.
En  1876 compran los terrenos del Passeig de Sant Joan, 90 y encargan la construcción de un convento y parroquia al arquitecto Joan Martorell i Montells que construye los edificios entre 1878 y 1885.
Ladrillos rojos, azulejos, cerámicas, esculturas, tejas policromadas un campanario singular y unas estructuras que parecen querer tocar el cielo son algunos de los muchos detalles de esta construcción.
En su parte trasera albergaba el convento de monjas y su iglesia no estaba abierta al público ni a las celebraciones.
En 1909 y durante la semana trágica sufrió importantes desperfectos y en 1936 un grupo de mujeres al grito de «a quemar las Salesianas» incendiaron la iglesia y el convento.
Pasada la contienda civil se procedió a la reestructuración de los edificios, pero en los años 80 volvió a sufrir un gran incendio que obligó a rehacer todas las construcciones. En aquel momento y desde el año 1942 había sido comprado por los hermanos Maristas que procedieron a reconvertir en 1946 el convento en colegio y al que se le aplicaron diferentes reformas y ampliaciones. No obstante a partir de esta fecha las puertas de la iglesia se abrieron al público y a las celebraciones.
Todo esto permite que podamos ver en la actualidad una iglesia totalmente actualizada como en la fecha de su inauguración y tal y como la pensó su arquitecto Joan Martorell i Montells.
Joan Martorell nacido en Barcelona 1833 fue y ha sido uno de los arquitectos punteros de la ciudad y esta probablemente es su obra significativa.

Sus cualidades y sus conocimientos lo hicieron maestro y su alumno aventajado fue Antoni Gaudí al que le hizo participar en este proyecto y recomendó para que fuera seleccionado como el arquitecto de una nueva obra que se tenía que emplazar no muy lejos de esta y que pasaría a llamarse “La Sagrada Familia”