Señor Rector queremos el cañón

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Detalles de la ruta

  • Ubicación: Plaça de la Barceloneta

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Descripción

La Barceloneta igual que muchos barrios de la ciudad tenía sus propios personajes.
personajes entrañables, queridos y de alguna forma respetados por todos.
Era el caso de Paco el tonto, que a pesar de su deficiencia se le encargo el trabajo de dirigir durante años la inauguración de las fiestas del barrio.
Con precisión Inglesa, vestido con suma elegancia de Napoleón y con toda la dignidad que cabe, año tras año Paco se situaba a las 9 de la mañana de cada día 29 de Septiembre a las puertas de la Iglesia de San Miguel, rodeado de crios que gritaban enfervorecidos  “Señor rector queremos el cañón”.
El rector fiel a la tradición abría las puertas de la parroquia y sacaba a rastras un cañón que entregaba a Paco.
Allí mismo empezaba a cañonazos que disparaban caramelos un recorrido por todo el barrio, seguido de un inmenso gentío y evidentemente de niños, dando por inauguradas las fiestas del barrio.
Hay varias historias sobre el inicio de esta tradición pero todo apunta a que en un vecino del barrio, el Señor Farell viajo en 1915 a Francia donde vio en unas fiestas un cañón que disparaba caramelos a los niños.
La idea le fascino y a su llegada a la Barceloneta hizo construir uno, convenció a un vecino para hacer de General y en todas las inauguraciones de las fiestas lo sacaban disparando caramelos y juguetes.
Pasados unos años a consecuencia de desavenencias en el barrio el Sr. Farell enfadado renuncio a seguir la tradición y procedió hacer entrega del cañón al párroco y por este motivo los niños del barrio gritan ese día en la puerta de la iglesia “Señor rector queremos el cañón”.
Fallecido Paco el tonto, la tradición fue seguida por su hijo.