Detalles de la ruta
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Descripción
En el Passeig de Sant Gervasi, 5, nos encontraremos una gran valla de forja que proteger una inmensa zona ajardinada y una caseta muy singular que parece haber estado inspirada en uno cuento de las mil y una noche, pero nada más lejos de la realidad.
Lo cierto es que detrás de esta valla y el jardín se esconde uno de los palacetes mejor conservados de la ciudad rodeado de grandes arboledas y jardines del más puro estilo romántico y que han sabido preservarse en gran parte de la ambición de constructores y especuladores.
El palacete tal y como indica el forjado de una de sus puertas, recibe el nombre de “torre de Castañer” y siempre de una forma u otra ha sido habitado por la misma familia y descendientes.
La caseta que tiene unos 50 m2 es de fiel estilo mudéjar inspirada en la alhambra de Granada, fue construida en 1888 con la única finalidad ser la sala de juegos de los hijos de la reina regente, ya que la familia real se había trasladado a la ciudad para la inauguración de la gran exposición universal y si bien tenían que acomodarse en su residencia habitual en Barcelona que era el Palacio Real, este había sufrido un “casual” incendio, por lo que se optó por trasladarse a Torre de Castañer, con el total beneplácito de los propietarios.
La caseta, se utilizó para juegos solo los 21 día que duró la estancia real, posteriormente fue la caseta del vigilante, vigilante que evitó la ocupación del palacete durante la guerra civil y que permitió que Antonio Machado lo ocupase durante unos días en su huida hacia Francia.
Joaquim Castañer i Mollet, (1805-1858) reputado naviero, heredero de una gran fortuna y afamado financiero, casado con Consolació Moragas, 24 años más joven que él, adquirió esta finca que en sus tiempos era muchísimo más grande como segunda residencia y que compaginaba con otro edificio situado en el caso antiguo de la ciudad.
La finca que tenía ya una edificación que rápidamente amplió y transformó en 1848 para lo que contrató un arquitecto Italiano que le dio la actual apariencia Romántica, pero con los años sufrió un importante cambio ya que se cedió una gran parte de los terrenos a la congregación religiosa de Jesús-María que de la mano del gran arquitecto Enric Sagnier, hicieron un espectacular colegio en 1894 y ya en 1959 se le encarga al arquitecto Francesc Mitjans i Miró que actualice toda la estructura del palacete, pero conservando el original estilo romántico original.
Lo cierto es que a la muerte sin descendencia de Joaquim Castañer, Consolació hereda todo el patrimonio del matrimonio y esta que a los dos años vuelve a casarse con Josep Rufi i Vidal, que también fallece, vuelve a heredar otra importante fortuna, Consolació además hace más grande su riqueza con importantes adquisiciones inmobiliarias por toda Catalunya, pero también consigue del Papa un título nobiliario pontificio pasando a ser la Marquesa de Moragas.
De este último matrimonio nació María de la Consolidación Vidal y de Moragas y esta última se casa y tiene una hija, Consol Jover i Vidal que se acaba casando con Eusebi Güell i Jover, por lo que la propiedad de Torre de Castañer pasa a manos de los descendientes Güell.
Todos ellos de alguna forma tiene importantes titulaciones nobiliarias que se van entrelazando en un enrevesado árbol genealógico de Marqueses i Vizcondes ya que casi todos las uniones matrimoniales acaban aportando algún título nobiliario, como es el caso del actual propietario, Joaquín Güell que se casó con la marquesa de Casa Fuerte, siguiendo una costumbre arraigada en la familia.
Este marquesado de Casa Fuerte, fue concedido a su antepasado Juan Vázquez de Acuña por Felipe V, por su intensa participación en la guerra de Sucesión y muy especialmente en los asedios de Matorell y Barcelona, donde siempre actuó con extrema dureza.
No obstante, y en la actualidad Joaquín Güell y la marquesa de Casa Fuerte, Cayetana Álvarez de Toledo, metida en política de la mano del PP, están separados, si bien es cierto que en muchas ocasiones y junto con su amiga y también descendiente de los Güell, Agatha Ruiz de la Prada, sigue visitando en muchas ocasiones la que también fue su mansión, la Torre de Castañer.