Detalles de la ruta
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Descripción
Casi haciendo esquina con Verge de Montserrat encontraremos un edificio convencional, donde hace unos años había una preciosa mansión que da nombre a la calle, “la torre dels pardals”.
Sin duda una lástima que no podamos disfrutar de una de las construcciones más valoradas y antigua que existieron en el barrio igual que de sus zonas ajardinadas
Se desconoce con exactitud su fecha de origen, pero como se encontraron restos de termas y diferentes objetos romanos, nadie duda en datar en aquella época como la primera construcción.
En consecuencia, parece lógico el hecho de que haya tenido diferentes propietarios y que su historia esté plagada de anécdotas y acontecimientos.
Si bien es cierto que casi todos sus propietarios hicieron reformas con estilos tan dispares como el modernismo o el racionalismo, la torre nunca dejó de ser un edificio de extrema belleza y admiración, a pesar de que casi siempre fue utilizada como segunda residencia.
Entre sus propietarios J.M.Valls i Vicens, ilustre abogado barcelonés y además, un gran coleccionista de todo tipo de obras, por lo que convirtió también la casa en un pequeño museo. Valls hizo una reforma en la misma de estilo clásico, pero que daba deferencia a espacios confortables y lúdicos, en su capilla se casaron varios familiares entre los que destacaron sus hijos.
Al fallecer Valls, una herencia complicada hizo que la casa fuera vendida al industrial harinero de Reus J.Roig i Mallafré que obsesionado por la corrientes de moda modernistas contrató a su cuñado y discípulo de Gaudi, Juan Rubio, que hizo una reforma en profundidad de toda la casa dándole la forma que actualmente podemos ver en diferentes fotografías de la época.
La casa rodeada de masías y campos de cultivo, en otra época, y antes de la fil-loxera viñas, era punto de encuentro de artistas y escritores ya que como era tradicional, se realizaban las tardes de festivos visitas de familiares y a los amigos, entre ellos Josep Carner, Emili Vallès, Dr. Torras i Bages o el mismo Gaudi.
Durante la guerra de sucesión, Felipe V, se llegó a instalar una serie de cañones que en realidad no duraron mucho tiempo ya que rápidamente fueron desmontados por las tropas Barcelonesas.
En la semana trágica se convirtió en refugio de monjas y muy especialmente del convento de Valldoncelles, refugio que acabó convirtiéndose en su residencia hasta que se acabó de construir el nuevo convento del Tibidabo.
Durante la guerra civil, se convirtió en escuela de la CNT dirigida por Joan Puig Elies, pedagogo conocido por impulsar sistemas de educación cercanos al humanismo.
A finales de la guerra civil sirvió de refugio para el presidente de las cortes en Madrid Diego Martínez Barrio, que posteriormente acabó marchando a Francia, donde años más tarde falleció y en 1943 y después de tantos años de historia y haber sufrido diferentes guerras, la torre fue derruida sin más.
Ya en aquellas fechas y desde hacía tiempo todos sus alrededores habían sido ocupados por construcciones de pisos y tanto la torre como sus alrededores habían perdido sus grandes alboradas ocupadas por pájaros (pardals) que habían dado desde siempre nombre a la casa y ahora a la calle.